Para: Curados por Lino
Por José R. López
Pensado varias veces desde Diciembre del 2007
Escrito 2010.02.05.V
En los primeros días de Diciembre de 2007 fui a la consulta de Lino para felicitarle, ya bien por el día del médico o por su cumpleaños. Al poco rato de estar allí vi a una mujer joven que al llegarle su turno le dijo bajito algo a Lino y le mostró una fotografía pobremente impresa quizás en un printer de cinta. Oí a Lino que dijo algo así como: “Si ella a está muy mal, en coma, y los médicos dicen que no pueden salvarla, pero yo la curo” e inmediatamente, le dio unos cuantos golpecitos a la foto con uno de sus dedos y echo un poco de humo de tabaco. Luego de lo cual le dijo a la señora: “Cuando usted llegue al hospital ella abrirá los ojos. Sáquela de allí y tráigamela. Yo la curo.” La mujer le pagó, le dio las gracias y se fue en un auto que la esperaba.
Al otro día la mujer regresó, sin su hija, pero con una foto mejor impresa. Le dijo a Lino que, efectivamente, cuando el día antes llegó al hospital al regreso de su consulta, pudo comprobar que su hija había abierto los ojos. No aclaró si entró ella a la sala de cuidados intensivos, a la que normalmente no pueden entrar familiares, o si se lo informó alguno de los médicos o enfermeras de la sala.
Lino volvió a repetir el golpeteo y el humo sobre la foto, que es la operación normal para estos casos de curación a distancia. Pero, esta vez le dijo a la madre que tenía que trae a la niña, que la sacara de la sala de cuidados intensivos, cuyos médicos, después de operarla y ver que el tumor cerebral era imposible de extirpar sin hacer un daño irreparable al cerebro, le habían dicho que no tenía salvación.”
No volví a coincidir con la madre en los siguientes días, pero supe que había llevado la niña en una camilla la primera vez, en silla de ruedas después y, finalmente, el 14 de Diciembre de 2007, vi yo entrar una muchachita de unos 10 años, caminando normalmente, peladita al rape, pero ya con unos pelitos de unos cinco milímetros que destacaban una enorme herida de color blanco sobre un parietal.
Lino le pasó la mano un poco, casi sin tocarla y le dijo a ella y a su madre que ya estaba curada. La niña pidió algo con que escribir y usando un plumón azul escribió en una pared de la consulta colectiva de Lino textualmente lo que sigue: “Hazel Serrano de Nicaragua fui sanada de un tumor cerebral el 14 dic. 2007”.
Y para mayor constancia he aquí su testimonio, que aparece, junto con otros testimonios, de fondo en una foto que nos tomaron a Lino y a mí unos meses después.
Más tarde supe que la niña era hija de un funcionario del gobierno de Nicaragua y que la madre supo de Lino por un amigo cubano que trabajó en ese País, y semanas antes había sido curado por Lino. Este hombre es amigo de un primo mío, quien me pidió que lo llevara a la consulta de Lino, como si eso ayudara en algo. Como el hombre estaba inválido, ya que había sido golpeado por un camión cuando corría un amanecer en Varadero fue necesario bajarlo con silla de ruedas de un piso alto entre cuatro hombres fuertes. Montarlo en una camioneta alquilada al respecto, luego de lo cual me vinieron a buscar a mi casa. En síntesis, en la tercera sesión el hombre se puso en pié y pocos días después fue a las últimas sesiones manejando su auto.
No hemos sabido nada más de la muchachita. Espero que siga bien, aunque mi experiencia es que el cáncer casi nunca se cura, siempre está ahí esperando que se baje la guardia para atacar de nuevo y con más fuerza, hasta matar a la persona. No he conocido de nadie que haya pasado el tercer ataque.
Palabras Clave: Lino Tomasén, Tumor cerebral, Medicina Alternativa, José R. López, Chi-Kung, Curación Pránica
Puesto en Blog: 2010.04.01.Jueves 8:54 amhv
jueves, 1 de abril de 2010
Lino Cura Tumor Cerebral a Hazel
Etiquetas:
Chi-Kung,
Curación Pránica,
José R. López,
Lino Tomasén,
Medicina Alternativa,
Tumor cerebral
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario